El 3 de febrero celebramos el día de Santa Claudina, día en que todos los que formamos parte de Jesús-María, celebramos la vida de una mujer, Claudina Thévenet, como alguien importante en nuestra vida nos paramos para admirar, contemplar y agradecer todo lo que nos transmite a través de su vida.
Todos sabemos su historia, pero no es solo saber qué pasó, sino ir más allá y poder entender qué le movió en su vida, cómo contempla la realidad, cómo es capaz de mirar al ser humano y el horror de la violencia, la intolerancia, el dolor de la muerte y las consecuencias del sinsentido de la guerra…
Ella transformó tanto dolor en, compromiso, en una apuesta importante por la educación y la justicia, por las necesidades… dando respuesta a todo ello.
La realidad que ve, no le deja indiferente, le conmueve y siente cómo cuando falta Dios en el mundo, la persona se pierde.
- Apuesta por la educación porque cree que otro mundo es posible y así lo sueña con otros.
- Una mujer, valiente, de fe, que experimenta que el amor de Dios cambia a la persona, cambia la vida… la humaniza.
- Su vida, -una vida para los demás, su compromiso por la persona, por construir el Reino de Dios, hoy nos lleva a ver cómo hay vidas que son “influencer” para todos